EL RECUERDO DEL VERDUGO

No fue para tanto. No me puedo creer que todavía no lo hayas superado. No me puedo creer que me guardes todavía rencor.

Estas tres frases son una mezcla de perplejidad e hipocresía a partes iguales. Son las frases que alguien que ha hecho daño le suelta al dañado cuando, años después de los sucesos que provocaron ese daño, víctima y verdugo se encuentran.

El verdugo se acerca con su abominable ignorancia feliz de que los recuerdos no siempre son iguales para unos y para otros. El hecho es el mismo. Pero su significado y sus consecuencias no lo son. Para el verdugo, todo fueron "chiquilladas", "tonterías". Cosas de las que se olvidan con el tiempo. Y no entiende que para la otra persona supusieron un sufrimiento que se extendió desde su presente hasta su futuro, y a todas las personas que sufrieron por su dolor. No entiende que para el verdugo lo que fue un "juego de chiquillos", para su víctima supuso una experiencia traumática que no se olvida fácilmente. ¡Ah, la relatividad...! Todo es relativo. Todo depende del color del cristal con que se mira... ¿o tal vez no?

¿Acaso los hechos cambian? No. Una cosa es lo que es, tanto si se observa desde el cristal opaco de una mente obtusa, cobarde y frívola -el verdugo- como si se observa desde la claridad de una mente sensible, emotiva y equitativa. La perspectiva no cambia los hechos objetivos.

El verdugo no comprende que la víctima no pueda creer que fueron "chiquilladas sin malicia"... la víctima no entiende eso, porque la malicia no se aprende ni se borra... la malicia es innata. El verdugo se ve a sí mismo, años después de aquéllos hechos, más maduro, más adulto, más "racional". Sin embargo, hay cosas que no se pueden racionalizar.

La víctima no quiere cuentas con el verdugo. No quiere saludarle, ni saber cómo le va, ni contarle su vida como si fuesen dos viejos amigos de colegio... La víctima perdonó hace mucho al verdugo, y así se lo dice... "¿¿Perdonarme, si me estás echando en cara todo ésto, de hace mil años??". El verdugo, obtuso, no entiende la diferencia entre PERDÓN y EXPERIENCIA. No entiende que hay experiencias imperecederas, que el tiempo no lo cura todo...

La víctima perdona, pero no olvida. La víctima perdona porque aquélla herida infligida por el verdugo la curó otra persona. La víctima no olvida porque ese perdón no se lo mereció el verdugo intentando reparar su error... El verdugo no se mereció el perdón. Y por eso, la herida no duele, pero dejó una cicatriz que avisa, que hace recordar... la experiencia.

Si un perro te muerde, puedes perdonarle algún día... pero no por eso vuelves a acercarte a él.

"¡¡Fueron chiquilladas, no fue para tanto!!"

Eso ofende aún más a la víctima... que le verdugo, a pesar de esos años que según él debían servir para echar tierra sobre el asunto, no siente REMORDIMIENTO alguno por su acción, no sabe ponerse en el lugar de la víctima, no sabe ver su dolor...

¿Y qué espera después de todo ese tiempo? ¿que la víctima le reciba con los brazos abiertos, se vaya de cañas con él y se cuenten la vida? ¿Se merece acaso el verdugo ese trato favorable? ¿Se merece el verdugo que la víctima falsee sus sentimientos por ser políticamente correcta con él? ¿Acaso se merece que le mienta para que el verdugo se vaya contento en lugar de agachando la cabeza de vergüenza?

NO.

Así que, por favor, si me ves por la calle, si te encuentras conmigo, pasa de acercarte a saludar como si te encontraras con un vecino... y si te empeñas en ello, dime qué quieres que te diga para que, ni mientiendo, ni fingiendo, te puedas ir contento a tu casa sin pensar que encima la culpa es mía por no fingir que no fue tan grave, por no fingir que no dolió, por encima ser yo la mala por "rencorosa".

A ver qué coño se le antoja ahora al señorito.

LA CANCION QUE QUISE ESCRIBIRTE

Hoy he escuchado la canción que hace mil años quise escribirte. No tuve coraje ni talento para hacerlo. Seguramente quien compuso este tema lo hizo sin pensar en ti, sólo pensando que sería una canción comercial, que tal vez le ayudase a ligar... quién sabe. Pero sea como sea, es la canción. Es la canción que yo quise escribirte.

La escucho con el vello de punta, conteniendo la respiración en unos puntos, y suspirando profundamente en otros. Me imagino cómo sería habértela cantado... si hubiese tenido la fuerza para hacerte volver. No pude, no supe, no me atreví a escribírtela.

Me imagino cómo sería hacértela llegar, o si tú, al escucharla por otro medio, te acordarás de mi. Si sabrás que esa canción ajena cuenta, sin embargo y sin pretenderlo, nuestra historia. Que el idiota que sale en ella lamentando la pérdida de su amada soy yo, y que la mujer deseada eres tú. Que las lágrimas que ese cantande dice verter son las mías. ¿Lo reconocerías? ¿Lo reconocerías y sentirías un escalofrío, notarías cómo las lágrimas se asoman a tus ojos como un suicida se asoma a un acantilado? ¿pensarías en mi? ¿O tal vez cambiarías de emisora, como quien hace zapping frente a una aburrida reposición de una serie ya vista?

Si pudiera hacerte llegar esta canción... porque esta canción es todo lo que quise decirte y no me atreví. Esta canción es toda la madurez que me faltó, la sangre en las venas que debió hacerme fuerte y no tuve entonces. Esta canción es como el último aliento de un corazón moribundo que intenta coger aire para decir las últimas palabras. Esta canción es como la última voluntad del enfermo terminal, como el alegato final del reo. Esta canción es la canción que habla de ti y de mi nuevamente como un "nosotros". Es el último cartucho del miliciano acorralado. Es la última llave para probar en la puerta del paraíso. Esta canción es la última palabra o la primera.

Esta canción es la que quise escribirte.

LO PEOR...

Lo peor,¿sabes que es? Que a él no le importa. Seguramente pienses que con el tiempo le dolerá, que se arrepentirá de lo que ha hecho y que eso será un lastre que minará su conciencia y ya jamás le dejará ser feliz si no es contigo. Seguramente creas que él te recuerda y los ojos se le llenan de lágrimas, y un nudo le atenaza la garganta. No lo creas. Ahora él se ha quitado un peso de encima, un engorro, el capricho se terminó y se ha sacudido tu presencia del brazo como quien espanta una mosca molesta. Ha tirado tu corazón a la basura. Eso es todo, no le busques más significado. Eras un capricho, y el capricho se terminó. Da igual lo que te dijera para largarte de su lado. Te ha largado, ésa es la única verdad.

Lo peor, ¿sabes que es? que todavía estarás esperando que te llame, que se arrepienta, y que da igual el mal que te hiciera porque le perdonarías con tal de estar a su lado. Te contentarías con eso,y serías incapaz de negarle una segunda, una tercera o una cuarta oportunidad. Te crees que estará sólo dejando pasar el tiempo para que se te calme un poco la herida, y que volverá como un perrito que se escapa de casa, se pierde y cuando regresa la alegría por su vuelta es tal que se olvida el susto pasado y la mala acción del perrito... que volverá, sea lo que sea lo que haya hecho, como si dependiera de su única voluntad.

Lo peor, ¿sabes que es? que EL PRIMER PÁRRAFO ES MENTIRA, que en realidad él volverá si se lo permites, que esas palabras de ahí arriba no eran sino intentar que abras los ojos y te engañes un poco para fortalecerte y perder la esperanza y, así, intentar poco a poco recomponer tu vida.

Lo peor, ¿sabes que es? que serás tan noble, pero a la vez tan estúpida y tan indigna de ese corazón tan enorme y bondadoso que tienes, que le perdonarás y encima casi le darás las gracias por haber vuelto.

Eso es lo peor.

Que volverá y tú le abrirás la puerta.

¿Lo mejor? que puedes cambiar la historia y no abrirle...

¿Lo mejor? que se canse de llamar.

¿Lo mejor?...

lo mejor.. es que por fin serás tú.

sólo...tú.

MÍRALE

"Mírale bien, porque será la última vez que le mires...después de saber quién es no osarás mirar su cara, te sabrás indigno de clavarle la mirada.. porque cuando sepas quién es él, te darán ganas de clavarte de rodillas y postrarte ante sus pies. Mírale bien, y retén su recuerdo en tu memoria, porque será la última vez que puedas mirarle sin pensar que es él.
No te moleste en compararte, en mirar aquí y allá cada virtud y cada defecto de su imagen, porque las virtudes que veas en él antes de conocerle se tornarán envidias insalvables, y los escasos defectos serán nimiedades en comparación con su grandeza.

Mírale bien, porque ese hombre que tú tienes ahí ha llegado más alto de lo que tú jamás podrías imaginar. Mírale bien,porque ése hombre es tan grande... Ese hombre ha conseguido sacarte de mi vida, mi corazón y mi cabeza, borrar de un plumazo cada segundo, hasta que sólo ha quedado de tí una mísera ceniza para servir de ejemplo a evitar.

Ha empobrecido tu recuerdo, inhumado tu presencia y pisoteado tu pasado hasta que ya no queda de ti más que broza y escombros de los que pasar de largo con un gesto de desprecio. Mírale bien, porque es la última vez que osarás cruzar tu mirada miserable con la suya.

Mírale bien, porque es mi marido.

Y ahora baja la vista, y márchate con esa losa sobre tu conciencia, con esa pesada bola de preso atada a tu corazón, condenado a vagar con la cabeza gacha por un doble zarpazo: el primero, haber perdido a una mujer contra otro hombre,y el segundo, que para ese hombre nunca fuiste rival, pues tiene un arma en su mano que tú jamás tuviste: él me merece. "