La naturaleza nos ha dado donde más nos duele... en nuestro orgullo de "animales superiores" que se comen el mundo. En nuestra SOBERBIA de devoradores, esquilmadores y usurpadores, de egoístas, engreídos y estúpidos. Se cobra en sangre el expolio al que la sometemos sin tregua, sin medida, sin miramientos... No somos más que una panda de parásitos desagradecidos, y ha demostrado que se nos puede quitar de encima con un solo gesto. En cualquier momento y lugar.
Que el dolor de la tragedia sufrida por Japón nos sirva a todos de motivo de reflexión, que apartemos las barreras, las fronteras y las ideologías y mostremos nuestro apoyo a quienes han sido la "cabeza de turco" que la naturaleza ha elegido para darnos un severo escarmiento.Bien es cierto que hubiera deseado que barriera a otros pueblos más indeseables, pero eso es desde mi punto de vista, egoísta y parcial, partidista y subjetivo, como el de cualquier otro. Ha elegido Japón, mi pequeño y particular paraíso soñado, paradigma de la revolución tecnológica y del exceso de modernidad, con un contrapunto de belleza por las cosas más bellas y simples...
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