No es Ella

Despierta. Abre los ojos y mira al techo. "Domingo" -piensa-. No tiene que ir a trabajar. Eso sólo signfica una cosa: todo el día con ella. Gira la cabeza. Y ella todavía duerme. Él cuenta con desgana los lunares de su espalda. Tres. Cuatro. Cinco. Hace unos meses, tan sólo unos meses, le resultaban encantadores. Ahora no son más que manchas, una serie de imperfecciones más que añadir a la lista de defectos que surgen a diario. No quiere despertarla. "Así te tires durmiendo dos días". Suspira. ¿Cómo ha llegado a ésto? ¿Y la magia? Cuando la vio sonreirle por primera vez fue como abrir las ventanas de un viejo caserón, ventilarlo y hacer que los rayos del sol quemaran las telarañas del corazón. Pero ahora esos rayos luminosos no eran más que luces mortecinas que no hacían sino llenar de melancolía cada rincón. No la quería. Ya no. La odiaba. A pesar de que ella hace lo posible por retenerle a su lado, le cuida , le sigue sonriendo buscando provocar en él aquél primer estremeci-miento. A él le da lástima cada sonrisa, como si fuese la de un moribundo que busca contagiar en vano algo de alegría a otro. Le asquea. Y es que ella.. no es Ella.

Mira sus hombros huesudos, la curva de su cintura, la escalinata de su columna. Su pelo cobrizo, ni largo ni corto. Un torpe intento de "cambio de look" para resultarle novedosa, sorprendente.. para ser otra. Pero es la misma, y no es Ella. Los lóbulos suaves de sus orejas. Su depilación descuidada, rasposa. No es Ella. Ese es el problema. Esta chica... tampoco es Ella. Suspira. Vuelve a mirar al techo y traga saliva como quien intenta con ello empujar al estómago la culpa. Una bola dura, de sabor metálico, que lleva escrito el "Te Quiero" que no tuvo el valor de pronunciar. Ahora es tarde. Dónde estará Ella...

Se levanta con cuidado de no despertar a la muchacha. Lleva un año intentando encontrar entre sus muslos el calor que sus venas le piden a gritos. Pero no lo encuentra. Lleva un año intentando engañarse a sí mismo buceando en una boca que no es la de Ella. Obligándose a querer, obligándose a olvidar, obligándose a cumplir. "Es lo que tengo que hacer... ya tengo una edad... tengo que estar con ésta...". Pero ésta no es Ella. Aquélla tampoco fue Ella. Esa no será Ella. Buscándola en todas, encontrándola en ninguna.

¿Dónde estará? cierra los ojos y respiran hondo, intentando rescatar de su memoria su olor, formando sus rasgos... recordando como relámpagos algunos gestos, algunas palabras, una risa... "Ah, sí.. ahí estás... ¿qué habra sido de ti? ¿Donde estarás? ¿Con quién...?" Abre los ojos. Sacude la cabeza, intentando así sacudirse también la culpa. "Bah, tonterías... sólo tienes un mal día, un momento de bajón, eso es todo". Vuelve a la habitación y se asoma tímidamente. Su novia se ha girado y yace bocarriba, desnuda, con la boca entreabierta y sus pechos pequeños moviéndose rítmicamente al compás de su respiración. "No es Ella. Nunca lo será". Bajo sus párpados, los ojos de la muchacha se mueven veloces de sueño, librando una batalla silenciosa, ajena. Inútil.

Él consulta su agenda en el móvil. Hay un nombre que sus venas llevan gritando demasiados años. Ese nombre prohibido, imprecatorio, que duele y que cura... con una mano temblorosa y la bola de culpa en la garganta, marca... y espera... con el sabor de su piel en la boca... escucha... una locución le informa que el teléfono marcado ya no pertenece a ningún abonado. Suspira. Cuelga. Casi lo prefiere. ¿Qué iba a decirle? "Hola...me he levantado, he mirado a mi novia y no eras tú... y yo quiero que seas tú. Quiero que seas tú cada mañana. Quiero abrir los ojos y que seas tú. Quiero que siempre seas tú". Va al baño. Cierra con el seguro. Bendita intimidad... Orina sosteniendo el blando pene con una mano. "... no sirves para nada", le dice mentalmente, como el jefe que recrimina a un empleado estrella en el que había puesto todas sus esperanzas y ha fracasado. Ni siquiera éso es igual sin Ella. La jornada de domingo fluye como un sueño anodino y reincidente, marchito, que se olvida al despertar. Regresa a la cama. Hace el papel de novio formal aburrido. Esta noche está cansado. Esta noche no puede fingir más. Duerme. Y Sueña. Con Ella.

Con Ella.

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